Juntos por el Cambio (JxC) perdió de forma inesperada en la segunda vuelta de las elecciones del 22 de octubre. Sergio Massa encabezó la votación con el 37% de los votos, mientras que Javier Milei quedó segundo con el 29%. Estos dos pasan ahora al balotaje (la segunda vuelta) y el final en noviembre.
Patricia Bullrich, la candidata derrotada de JxC, obtuvo sólo el 23% en octubre, por lo que quedó eliminada. Con ella también se ha ido el cordobés de centro-derecha Juan Schiaretti de la facción de derecha “Federal” del peronismo (~7% de los votos) y la Alianza de Izquierda Myriam Bregman con sólo ~3%. Esto significa que queda un 33% por transferir, así que aún todo esta en juego. El voto inesperadamente alto de Schiaretti y la concentración de población en Córdoba, que a menudo ha sido decisiva en las elecciones argentinas, es un porcentaje considerable. Uno sospecha que el voto de Myriam Bregman se ha subestimado enormemente, ya que muchos de sus seguidores votaron estratégicamente contra Milei en octubre, pero estos votos se quedarán con Massa así que no cambia nada. Bregman ya ha pedido a sus seguidores que voten contra Milei en lugar de anular su voto por temor a una victoria de la ultraderecha. Schiaretti mantiene sus cartas ocultas (negociando favores por votos) pero principalmente negocia, se sospecha, con Massa. Enfin los votos no son de los cantidatos vencidos a regalar y así cada votante decidirá sólo que hiciese con su voto.
Queda 23%, más o menos, de transferencias procedentes de JxC que podrían ser decisivas. Este JxC bloque de votos se divide en dos sub-bloques. El candidato centrista de JxC, Horacio Laretta, cayó eliminado en las PASO, y mientras que muchos de los votos de Laretta pueden haber permanecido leales a JxC y por lo tanto habrían ido a Bullrich, muchos de sus votantes centristas, se supone, fueron a Massa en la segunda vuelta. Ya que JxC mismo ha dejado de existir, Laretta ha declarado en contra de Milei (Macri), así que esto podría ser importante y significar más votos para Massa ¿y posiblemente un papel para Laretta en el gobierno de Massa en caso de que gane?
El partido más grande en JxC es el partido republicano (PRO) fundado por el king-maker (y ex presidente) Mauricio Macri. Apenas dos días después de la derrota de Patricia Bullrich Macri convocó a ambos Milei y Bullrich en su casa, donde literalmente les dijo que trabajarán juntos hacía “Milei Presidente 2024”. La conversión del resto de los votos PRO (~23%) de Bullrich sería clave y peleados con uñas y dientes. Podemos esperar una campaña sucia especialmente con respecto a las redes sociales. Ambos partidos, PRO y LLA, cuentan con amplias granjas de trolls que regurgitan clips de entrevistas cortados de medios abiertamente derechistas extremadamente favorables a Macri. El canal LN+ que es especialista en el odio anti-peronista que nunca cuestiona Macri (y a hora tampoco Milei) pero también hay memes más creativos. Los medios de comunicación tradicionales (periódicos y televisión) son, en términos general, afines a sus dueños (así al PRO) salvo unos pocos canales, y dos periódicos, más favorables a Massa. En ese sentido poco ha cambiado y los periodistas suelen seguir su política editorial. Lo que sí ha cambiado es que Milei tiene a su disponibilidad aún más granjas de trolls en las redes sociales competiendo por los votos de Bullrich. Incluso con un bombardeo (hacía la extreme derecha de la LLA) en las redes sociales sería difícil convertir a los votantes conservadores de Bullrich en anarco-capitalistas en dos semanas así que la estrategia es enfocar en su odio al peronismo (que sí junta los votos Bullrich-Milei). Macri, al ‘ofrecer’ a Milei los votos de Bullrich, se sospecha que, a cambio, el acuerdo Macri-Milei requerirá que ciertos roles económicos en el gobierno de Milei se alineen con la agenda del PRO (neoliberal) de Macri. La política de cambiar el equipo económica en la LLA ya está causando rupturas en el equipo política de Milei y podría afectar al voto LLA pero que cambian ellos su votos al peronismo es poco probable.
Si gana Milei la presidencia se fusionará efectivamente los partidos PRO y LLA (tirando el PRO hacía la extrema derecha) como pasó en Inglaterra con el partido conservador (Tory) y los ‘Brexiteers’ del partido UKIP y Nigel Farage. Macri se ofrece así a respaldar a Milei con su maquinaria económica y su personal, así como con sus amplios votos parlamentarios y senatoriales. Un presidente Milei podría significar que Macri (con la ayuda de la hermana de Milei) controlarían efectivamente el país.
La lucha electoral en sí será sucia y ¿como podría no serlo además el debate final?
Tercer asalto: ¡talán!
Con un aspecto un poco deshilachado en la esquina azul, posiblemente algo sobre-medicado también, y casi como si nunca hubiera pensado realmente que llegaría tan cerca de la Presidencia de la Argentina, tenemos al novicio populista de ultra-derecha Javier Milei. Nuevito en el cuadrilátero, es muy agresivo y ya lleva dos años formándose como diputado en el Congreso nacional. Además ahora quizá tenga las alianzas que necesita para sacar adelante esta pelea. Independientemente de lo que él y su partido sean ahora, Milei es un auténtico showman, un hombre del escenario que boxea bien ante multitudes enfurecidas.
En la esquina rojiza tenemos al algo cansado, pero experimentado, boxeador de carrera Sergio Massa, que boxea bajo el apodo “El camaleón”. Massa (actualmente) representa a la coalición predominantemente peronista, Unión por la Patria (UxP), pero es muy flexible al haber luchado en muchos equipos a lo largo de los años. Profesional astuto, Massa boxea con inteligencia, aunque le falte un poco de onda para atraer al público. Intentará desequilibrar a su joven oponente. En las burlas previas al combate, Massa ya se ha dirigido al público diciéndoles que sus vidas serán mejores si gana él. Su campaña, hasta ahora, combina un poco de esperanza y una fuerte pizca de nacionalismo. Sigue manteniendo la moral alta, boxeando contra los puntos débiles de Milei, que, por su falta de experiencia, y su boca abierta ya son muchos. Massa, por su parte, se mantiene a la espera y ha optado por no atacar a frente a Milei, por lo menos todavía.
En el rincón azul, el pequeño y enfadado Milei promete un cambio profundo si gana, un hecho que sólo puede ocurrir eliminando a lo que, hasta ahora, él ha etiquetado “la casta”. Su recién alianza con la casta parece desviarse de la estrategia anti-castista hacía un nuevo comienzo político con los actores políticos tradicionales anti-peronista.
Milei, para ganar, ha optado por hacer un pacto con el diablo. A Milei le encantan sus nuevos apoyos, jugando en la gran liga, lo que él llama “volar en primera clase” incluso con actores que, hace apenas una semana, eran enemigos acérrimos. Por desgracia, algunos de los partidarios de la LLA no están tan entusiasmados con la presencia de Macri en el equipo. Para muchos de ellos es su primer combate por el título y sus quejas indican cierta decepción.
El cambio ofrecido por Milei a la multitud Argentina es más radical pero dice que requerirá 35 años de dolor económico, una fórmula difícilmente apetecible.
Las granjas de trolls de Macri-Milei han elegido el odio como su arma preferida -el odio a los peronistas por supuesto- para arrastrar a los votantes conservadores más maduros de Bullrich aún más a la derecha, a su reino de fantasía ultra-derechista. El odio es una emoción poderosa, pero el hecho de que una clase media urbana de edad avanzada vote a un anarquista no deja de ser una ruptura de moldes y puede que el odio necesite refinarse. Sin embargo, el mero hecho de que el 30% de la gente siga apoyando a Milei demuestra la poca confianza que hay en Massa y en sus partidos peronistas, aunque le haya ido mucho mejor que a Bullrich.
Si en noviembre las granjas de trolls lo consiguen, Milei estará siguiendo los pasos de Menem a la presidencia de 1989, ¡aunque su vicepresidente neo-fascista Villarruel se parezca más a la dictadura de los 70, con armas y todo!
Milei y Massa se enfrentarán en el “balotaje” del 19 de noviembre ¡el final! ¡Compra ya tus entradas de primera fila!
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