Marzo había empezado bien en promedio para Javier Milei, después de un mes de febrero difícil. Comenzó con su discurso ante el Congreso Nacional y el plan para el “Pacto de Mayo” en Córdoba en la fecha propicia del 25. También había dado algunos golpes de timón para sentar a la mesa a los gobernadores rebeldes en materia de gasto (y lo que se le antojara). Pero luego todo fue cuesta abajo hasta los idus de marzo. Durante todo el camino ha habido pequeñas peleas entre los políticos no demasiado inteligentes y algo inexpertos de la LLA. Unos días antes, un ajuste automático había elevado el sueldo de Javier Milei de 2,3 millones de pesos al mes a 4 millones mensuales. Este ajuste no era exagerado dada la inflación de los últimos tres meses (73%), pero Milei se indignó (otra vez).
Primero Milei afirmó que la legislación (que le había dado él el aumento automático de 48%, un aumento que niega a otros empleados públicos como los profesores de escuelas, que ganan aproximadamente una décima parte de lo que gana Javi) fue firmada por peronistas. Es cierto; el anterior vice-presidenta Cristina Fernández de Kirchner había creado la ley muchos años antes haciendo un enlace entre los sueldos de diferentes empleados públicos. ¿Y qué?
Ese ley tenía una clausula de caducidad y el propio Milei había firmado la prórroga. ¡Uy!
Milei afirmó que no había firmado nada, luego alguien le mostró la ley con su firma. Así que firmó otro decreto (ver arriba) para anular la suba de los sueldos de los politicos (la casta en su terminología). Como vean, todo la rutina de Milei era que él iba a controlar a los excesos de la casta política y que el costo de sus ajustes no afectaría al pueblo. Así que su suba de sueldo por 48% (poco mas que la mitad del nivel de inflación) era un suicidio politico.
Milei tuvo que anular su propia subida de sueldo (y la del resto de la “casta”, es decir, todos los miembros del Congreso y del Gobierno). Desgraciadamente, esto era difícil ya que todo el mundo había cobrado, así que el decreto añadía que había que devolver el aumento de sueldo. Otra vez tuvieron que rodar cabezas. Pero ningún narcisista nunca tiene la culpa, así que Milei despidió a su secretaria de trabajo Omar Yasín.
Tampoco sus males no acabaron ahí. En Argentina la vicepresidenta es el jefe del Senado. El 13 de marzo, la vicepresidenta Villarruel quiso empezar las cosas en el Senado. El problema era que el DNU de Mileiseguía en plena vigencia sólo hasta que el senado y el congreso tendrían chance cuestionarlo que no pasaba mientras estaban de vacaciones. El DNU es un batiburrillo de 300 nuevos cambios legislativos. No gusta a casi nadie, salvo a los leales a Javi. Esto no se debe a que un DNU sea necesariamente algo terrible, sino que un DNU no debería ser simplemente una lista de compra aleatoria de leyes, sino que debería abordar un tema único coherente. Además el (Decreto-D) debería ser tanto (N-Necesario), como (U-Urgente), y eso es difícil de argumentar, por lo que, como dijo Martín Lousteau (líder de la oposición de la UCR) es inconstitucional. El Senado logró que el DNU se sometiera a votación de aprobación/desaprobación el día 14/3/2024. y el vicepresidente no bloqueó el voto. ¿Será que Villarruel pensó que saldría adelante, o será que ya dejó de ser tan leal y solidaria?
En el senado el DNU fue rechazado.
Un día antes, los periodistas sospecharon que podría haber habido un pequeño desencuentro entre Villarruel y Milei, teoría que no descartó del todo Manuel Adorni, portavoz del Presidente, en su rueda de prensa diaria del día 13. Esa día siguiente, Adorni había sido convocado por Milei a desayunar en la Casa Rosada. Mileino parecía muy contento. ¿Quizá Miguel había sido reprimido por su jefe?
El periodista Nicolás Gallardo preguntó a Adorni (después de su desayuno en la casa rosada) si el comentario de Espert que la desestabilización del gobierno de Milei podría venir de la misma vice-presidenta apuntaba a Villarruel específicamente o a la casta política en general, Adorni contestó “por lo que había leído en esas últimas 24 horas” fue un comentario dirigido a la casta (en general). Adorni se interrumpió a si mismo torpemente (sonriendo) y preguntando a los mismos periodistas “no entiendo tu sonrisa?“. ¿Sea que Adorni no entendió el chiste? La implicación era claramente que el castillo de naipes parecía desmoronarse. Quizá Adorni pensó que podría ser el siguiente en ser decapitado. Ahora todos los cuellos están en la guillotina, incluso ya sabes quién. Puede que Villarruel ría el último, como ha ocurrido recientemente en Perú. El artículo sobre la vicepresidenta en el Financial Times, citaba a una fuente diplomática anónima que decía sobre Villarruel: “Creo que hay que vigilarla de cerca”, y añadía: “Está preparada… para cualquier cosa”.
Pero el DNU y el Pacto de Mayo, e incluso los miles de tejemanejes legislativos, palidecen cuando se comparan con la economía quebrada que se refleja en la inflación en la Argentina. Fue justamente por conquistar la inflación que Milei, que supuestamente sabe de macroeconomía, fue elegido presidente. El electorado votó a Milei porque dijo que tenía un plan para arreglar la economía. ¡Sólo eso! Pero la economía ya está peor y una razón principal (entre muchos aspectos rotos de la economía argentina) es que Milei rompió cualquier confianza en la moneda con la devaluación del peso y su intención declarado de dólarizar. Así se triplicó la inflación a 73% (sacando controles sobre precios y devaluando) sólo en los primeros tres meses de su gobierno. Sin una legislación (parcialmente adentro del DNU) para implementar un plan de austeridad su plan monetarista no puede funcionar. Mileitiene los días contados. Puso su confianza en el Monetarismo pero no puede implementarlo e incluso si lo hiciera con la moneda desestabilizada, es cuestionable que funcionara.
Inflación
El monetarismo es una teoría de la economía basada en la oferta monetaria, de ahí su nombre. Se ensayó por primera vez en los años 70, en los inicios del neoliberalismo. En aquella época los principales usuarios eran Margaret Thatcher en Gran Bretaña y Ronald Reagan en Estados Unidos. Los principales teóricos económicos eran Friedrich Hayek y su seguidor Thomas Friedman; ambos héroes para Milei (pero el presidente, de la vieja cepa, es más Hayekiano). Estos dos fueron los principales defensores del monetarismo y sus pioneros, en auge en los años setenta, ambos galardonados con el Premio Nobel.
En esos tiempos Friedman solía visitar también a su colega Pinochet (en el estado vecino Chile) poco después de que Agosto diera un golpe de Estado que acabó con la vida del presidente socialista Salvador Allende. Cuando Pinochet tomó el poder instaló a los Chicago Boys (una referencia a ex-miembros de la facultad de Friedman en la facultad de economía de la Universidad de Chicago) en el ministerio de economía chileno. Ahora, una extraña versión paleo (o sea primitiva, retrogrado) de los primeros economistas de la Escuela Hayekiana-Chicago ha vuelto al Cono Sur. Llamándose a sí mismos libertarios, son libertarianos extremos. El reloj ha cerrado el círculo con Milei.
En los años setenta, Argentina también se convirtió en una dictadura militar (1976-1983).
Aquella Junta perdió el poder al perder la guerra cuando el presidente Leo Galtieri capturó unas islas del Atlántico Sur (reclamadas por Gran Bretaña). A principios de los años 1980, el poder de Thatcher en Gran Bretaña estaba en decadencia, el monetarismo la había hecho muy impopular, así que aprovechó la oportunidad de enviar su flota al sur, calculando correctamente que una victoria en Las Malvinas (mal llamados “Falklands”) significaría que podría ganar otras elecciones generales en el Reino Unido. Thatcher ganó la guerra y las elecciones y Argentina ganó su libertad. Al perder la guerra, la dictadura de la junta se derrumbó. Mientras tanto, en Gran Bretaña el monetarismo provocaba un enorme desempleo y estancamiento de la economía.
Todo esto fue hace 40 años pero la historia se repite. Después de la junta, la UCR (el partido de Lousteau), bajo Alfonsín, ganó las elecciones y liberó a Argentina del notorio terror de estado llamado “El Proceso de Reorganización Nacional”. El Proceso también dejó a Argentina cargada de deudas. Esta deuda no procedía únicamente de los costos de la guerra. Más bien la deuda incluía dinero adeudado en el extranjero por empresas con sedes en la Argentina (deudas denominado en dólares) que había garantizado un tal José Martínez de Hoz. Esto incluía al City Bank, por ejemplo, que se “endeudó” para comprar una cadena de bancos en Argentina, deuda que el City Bank debía al City Bank; generosamente pagada por los contribuyentes argentinos (haciéndose responsables para deuda en dólares por bonos en pesos que se evaporaban con la inflación).
Este esquema llamado La Estatización de la Deuda Privada (tomar deuda privada pública) es sospechosamente similar al último fiasco de Caputo donde los riesgos cambiarios de ciertas transacciones internacionales (deudas acumuladas en importaciones, ahora más que duplicadas en términos pesos, por su devaluación) fueron efectivamente agregadas a la deuda nacional argentina (siendo canjeadas por bonos devaluados en pesos).
A principios de los años 80, la conversión de la deuda privada (de las empresas privadas) en deuda pública (estatización) era una trama corrupta que había sido diseñada por el primer Ministro de Economía de la Junta Militar: José Martínez de Hoz, uno de los principales arquitectos del golpe. José dejó además a los empresarios ganar aún más dinero sobre-valorando su deuda internacional, para luego condonarle a los contribuyentes. De Hoz era un gran accionista de Acindar, habiendo sido el CEO en 1968. “Acindar aprovechó la estatización de los pasivos empresarios, pergeñada por Domingo Felipe Cavallo [con mucho ayuda de Martinez de Hoz] en oportunidad de presidir el Banco Central“. Otra vez se cierra el circulo.
Acindar hizo como bandidos [sic.] teniendo más “deuda internacional”, en comparación con el valor de las acciones de la empresa, que cualquier otra empresa en la nación. Y eso ¡es algo! Lo que fue bueno para Acindar S.A. fue malo para los contribuyentes argentinos sumando a su deuda externa (odiosa) en dólares. El costo de la devaluación de Caputo y el esquema que inventó para “salvar” al capital local, también tendrá un efecto similar sobre la deuda nacional.
Feliz aniversario capital internacional.
Thatcher ganó la guerra de Las Malvinas pero el monetarismo, incluso en Gran Bretaña, empezó a decaer con austeridad y desempleo para los pobres y tipos de interés más altos para todos. Los monetaristas creían que la cantidad de dinero impresa en cualquier nación (por el banco central) afecta al valor de la moneda y, por tanto, puede crear inflación interna. Creen que el dinero en sí es un juego de suma cero. Milei lo cree fervientemente, pero de verdad, muchas cosas causan inflación. En Argentina, la inestabilidad monetaria es un factor importante. En los años 70, la cantidad de dinero creada era el enfoque principal pero no funcionó y más tarde el objetivo de los monetaristas modernas se centran en los objetivos de inflación (2% típicamente) y en medir las expectativas de inflación (preguntando al sector privado). El problema es que el sector privado no controla los valores de la moneda local, así que se cubren las espaldas con precios más altos por si acaso. Piensan en dólares, como Milei. Nada de esto está en la teoría primitiva del liberalismo pero es la realidad de una Argentina ausente de controles de precios, ley anti-monopolio funcionando y, lo más importante, ausente de una moneda estable (algo imposible en Argentina con el actual énfasis en las exportaciones).
Pinochet puso en marcha el monetarismo en Chile para calmar la hiperinflación en una dictadura después de que sus matones bombardearan el palacio presidencial con el presidente Salvador Allende dentro. El monetarismo tiene su propia manera de persuadir a los pobres de que la austeridad extrema acabará siendo buena. A veces mejora las cosas, pero normalmente no para los pobres. En Argentina el esquema de Milei no ha salido bien, y tampoco parece que vaya a funcionar así esta vez. Ahora Argentina necesita esperar hasta la votación del Congreso sobre el DNU. Si eso falla, Milei tendrá que volver a la mesa de dibujo. Es un festín o una hambruna
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