Una breve historia de la arena bipolar que es la política argentina desde la Segunda Guerra Mundial
Desde el golpe de Estado argentino de 1943 y su consiguiente investidura presidencial en 1945, el legado de Juan Domingo Perón ha sido una gran división en la política argentina entre los creyentes en su culto a la personalidad (los peronistas) ⏤seguidores de sus políticas con tanta flexibilidad⏤ y los demás gorillas (o anti-Peronistas), dividir y conquistar.
Perón, un general militar también fue un hombre del pueblo, pero tenía tendencias fascistas, y cada vez más agudos hacia el final de su vida. Las políticas del propio Perón, y las de sus seguidores después, han fluctuado entre el socialismo y el fascismo con la destreza de algunos de sus anfitriones en la Europa meridional posterior a la Segunda Guerra Mundial ⏤piensen en Mussolini o Franco⏤ algunos de los cuales le proporcionaron refugio cuando huyó de Argentina después de la guerra. En cuanto a las coaliciones anti-Peronistas, en sus múltiples formas (el sabor actual siendo la alianza del PRO Juntos por el Cambio JxC) se muestran algunas similitudes. Sus políticas están bastante menos ligados al hombre común y son mucho más liberales económicamente. JxC propugna actualmente la economía neoclásica, la doctrina económica neoliberal favorecida en los Estados Unidos y la Comisión Europea, pero no el ultra-liberalismo de Milei (proveniente del economista Mises).
Puede que haya muerto Perón en los años 1970, pero no se lo menciona a sus seguidores porque el peronismo, como todos los cultos y religiones, se basa en la fe y en la lealtad ciega, y no en ninguna política en particular. El Peronismo y el anti-Peronismo han introducido una dinámica bipolar, amor/odio en la política argentina. Si combinamos esto con un fervor político similar al del fútbol ⏤piensa en el “No llores para mi Argentina!” del opera Evita⏤ tenemos una caldera ardiente, pero relativamente controlada, que sirve (para la casta argentina) en su mayor parte, a distintos intereses nacionales y a sus socios en el extranjero: me vienen a la mente Cargill, Barrick Gold o Newmont Mining.
El problema para las alianzas del PRO y de UxP es que los jóvenes argentinos no se dividen claramente entre estas líneas amor/odio a Perón y ellos buscan alternativas porque la bipolaridad actual no les funciona. Por ahora no tienen otra opción que seguir a Milei. Si gana Milei puede que Perón reciba un entierro decente y que las agrupaciones políticas que viene después del golpe LLA puedan dividirse en el futuro en torno a opciones políticas más racionales para los jóvenes, ¡quizá! Se podría prevenir proporcionando alguna opción en materia del medio ambiente o estabilidad de la economía para estos sectores rebeldes, ¡quizá, pero incluso quizá que no!
Un futuro en el que gane Milei también puede ser mucho peor, como están empezando a darse cuenta algunos astutos partidarios de Milei en las PASO. Puede que Milei odie al Estado, pero es útil la educación gratuita y laica y poder llamar a una ambulancia cuando sea necesaria.
La personalidad de Milei y su alianza libertad avanza ha proporciona a este grupo rebelde de votantes una tercera vía. Javier Milei es el nuevo chico del barrio.
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